Para llegar hasta el Cabo San Pablo se debe transitar por la Ruta Nacional N°3, y luego tomar la ruta complementaria “A”, que nos conduce por 40 km hasta la costa. Esta ruta de ripio serpentea por pintorescas estancias y nos ofrece paisajes de cerros, bosques de lengas, ríos y acantilados. Además de los rebaños de ovejas, es posible avistar ocasionalmente guanacos, zorros y cóndores.
Una particularidad del lugar es el río Ladrillero que desemboca aquí, pero en forma subterránea. Luego de atravesar la estepa, llega a las playas del cabo y se funde en sus arenas para terminar en el océano Atlántico.
Un sendero con área de estacionamiento para autos y minibuses te lleva a la cima del cabo, en donde encontrarás miradores con vistas panorámicas de 360°, cartelería interpretativa y bancos para relajarse después de la caminata. En lo alto se alza un antiguo faro inclinado, y frente a la costa, puede observarse el casco herrumbrado del barco “Desdémona”, que encalló en Cabo San Pablo en el año 1985. Todos estos elementos le otorgan al lugar un aire de misterio, en el que se conjugan los naufragios y aventuras del pasado con la bravura de los mares australes.
Para llegar hasta el Cabo San Pablo se debe transitar por la Ruta Nacional N°3, y luego tomar la ruta complementaria “A”, que nos conduce por 40 km hasta la costa. Esta ruta de ripio serpentea por pintorescas estancias y nos ofrece paisajes de cerros, bosques de lengas, ríos y acantilados. Además de los rebaños de ovejas, es posible avistar ocasionalmente guanacos, zorros y cóndores.
Una particularidad del lugar es el río Ladrillero que desemboca aquí, pero en forma subterránea. Luego de atravesar la estepa, llega a las playas del cabo y se funde en sus arenas para terminar en el océano Atlántico.
Un sendero con área de estacionamiento para autos y minibuses te lleva a la cima del cabo, en donde encontrarás miradores con vistas panorámicas de 360°, cartelería interpretativa y bancos para relajarse después de la caminata. En lo alto se alza un antiguo faro inclinado, y frente a la costa, puede observarse el casco herrumbrado del barco “Desdémona”, que encalló en Cabo San Pablo en el año 1985. Todos estos elementos le otorgan al lugar un aire de misterio, en el que se conjugan los naufragios y aventuras del pasado con la bravura de los mares australes.