El guindo es una especie perenne, es decir que mantiene el follaje todo el año, recambiando las hojas gradualmente a lo largo del año. Crece formando bosques puros en la costa o asociado con la lenga hacia el interior de la isla, prefiriendo los lugares húmedos.

En un árbol frondoso y de gran porte, pudiendo alcanzar los 35 m de altura y hasta 2 m de diámetros. También es posible encontrarlo a mayores alturas en los cerros, adoptando formas más achaparradas. Es una especie longeva ya que hay registros de individuos de más de 500 años de edad.

En ciertas condiciones, como por ejemplo los campos morrénicos glaciares, el guindo actúa como una especie pionera inicial, ya que puede vivir en suelos poco fértiles.

Antiguamente su madera fue muy utilizada para construir antorchas, canoas, recipientes pequeños y las chozas de los nativos Yámanas o Yaganes. En la actualidad, tanto en Argentina como Chile, su madera se aprovecha para la industria del aserradero.