El “cachiyuyo”, una macroalgas parda que crece formando extensos “bosques” (pueden medir hasta 40 m de largo); fueron reconocidos por el naturalista C. Darwin, en su viaje por la Patagonia, como indispensables para el ambiente marino. En ese verdadero bosque viven y se reproducen diversos integrantes del ecosistema marino, como crustáceos, peces y moluscos. Allí buscan su alimento los integrantes más conspicuos del mar, las aves y mamíferos marinos. De la integridad de estos bosques dependen muchas relaciones biológicas de las aguas costeras.

Esta macroalga tiene propiedades importantes para el hombre, como elevado contenido en iodo, oligoelementos, minerales y acido algínico, que son utilizados en la industria textil, de pinturas y en la fabricación de helados.