La vieira es un marisco con un músculo aductor comestible, considerado como un manjar en muchos lugares del mundo. La vieira patagónica se distribuye desde Tierra del Fuego hasta los 35ºS a profundidades entre 40 y 200 metros. Tiene un periodo de captura a lo largo de todo el año en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Se cosechan normalmente con dragas de vieira o redes de arrastre de fondo, pero también pueden ser cosechadas por buzos, capturadas a mano en el fondo del océano.
Para los cocineros, las vieiras ofrecen dos sabores y texturas: la carne, llamada “vieira”, que es firme y blanca, y las huevas, llamadas “coral”, que son suaves y a menudo de color naranja rojizo.
Se puede consumir cruda o cocida, y admite multitud de recetas: a la plancha, gratinadas con bechamel, cocidas, estofadas, asadas. Su sabor tiende a ser dulce, mantecoso y delicado. Al momento de cocinarlas, se debe tener en cuenta no pasarse del tiempo de cocción para que no pierdan su textura suave. Si se cocinan demasiado, quedan gomosas y con menos sabor.
La vieira es un marisco con un músculo aductor comestible, considerado como un manjar en muchos lugares del mundo. La vieira patagónica se distribuye desde Tierra del Fuego hasta los 35ºS a profundidades entre 40 y 200 metros. Tiene un periodo de captura a lo largo de todo el año en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Se cosechan normalmente con dragas de vieira o redes de arrastre de fondo, pero también pueden ser cosechadas por buzos, capturadas a mano en el fondo del océano.
Para los cocineros, las vieiras ofrecen dos sabores y texturas: la carne, llamada “vieira”, que es firme y blanca, y las huevas, llamadas “coral”, que son suaves y a menudo de color naranja rojizo.
Se puede consumir cruda o cocida, y admite multitud de recetas: a la plancha, gratinadas con bechamel, cocidas, estofadas, asadas. Su sabor tiende a ser dulce, mantecoso y delicado. Al momento de cocinarlas, se debe tener en cuenta no pasarse del tiempo de cocción para que no pierdan su textura suave. Si se cocinan demasiado, quedan gomosas y con menos sabor.