Lobo marino de un pelo o león marino

Otariidae / Mamíferos / Otaria flavescens

Lobo marino de un pelo o león marino

El Lobo marino de un pelos es un pinnípedo de grandes dimensiones; los machos adultos desarrollan una melena, por eso también se los llama león marino.

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Where to find it
Río Grande
Ushuaia
Marino
Origin
Nativa

El Lobo marino de un pelo (porque tienen una capa de pelos) es un pinnípedo de grandes dimensiones, que presentan marcado dimorfismo sexual. Los machos adultos, mayores que las hembras, pueden tener 2.5 m de longitud, pesar 350 Kg y se los reconoce porque desarrollan una melena, por eso también se los llama león marino. Se diferencian del lobo de dos pelos, porque presentan un pelaje más claro.

Durante la época no reproductiva (otoño-invierno) normalmente desarrollan hábitos pelágicos, visitando habitualmente paraderos o colonias de descanso. A partir de septiembre, los machos adultos se reúnen en loberías, que son las colonias reproductivas. Las hembras arriban posteriormente, en donde elegirán uno de estos territorios para parir al tercer o cuarto día de llegadas y ser fecundadas por el macho al tercer o noveno día post-parto cuando se encuentran receptivas. Luego, las hembras realizan los viajes tróficos, que corresponden a incursiones al mar para alimentarse.

Cuando retornan a la colonia, buscan a su cría mediante vocalizaciones específicas, las cuales son amamantados por un par de días, para volver al mar nuevamente. Estas inmersiones pueden durar entre 1 y 4 días, el ciclo continúa hasta el destete, que ocurre aproximadamente a los 8 o 10 meses.

El lobo marino de un pelo, fue intensamente cazado hasta 1937, año en que se reglamento la caza; posteriormente en 1974 se la prohibió definitivamente. A raíz de esta importante presión extractiva, sus colonias, incluidas las de la Reserva Isla de los Estados, se encuentran en núcleos de baja importancia numérica. La comparación con la situación registrada décadas atrás evidencia que la especie no ha podido recobrarse con vigor a consecuencia de la presión sufrida. Por ello, su conservación y monitoreo merece especial atención.