Para proteger a la ballena franca de su extinción, Argentina declaró Monumento Natural Nacional en 1984.
Es fácil identificar a la ballena franca austral por su uniforme color negro y las blancas callosidades que crecen alrededor de la cabeza. Aunque parezca extraño, el patrón de callosidades es único en cada individuo, lo que permite identificarlos. Además, la forma del cuerpo es diferente al de las otras ballenas, son “cabezonas” (su cabeza puede ocupar un tercio del largo total) y no tienen aleta dorsal. La aleta caudal o cola, casi siempre es expuesta cuando se sumergen y tiene una escotadura central. Las hembras son más grandes que los machos, pueden medir hasta 17 m de largo y pesar 45 toneladas.
Se distribuye únicamente en el Hemisferio Sur entre los 20° y 60 ° de latitud entre los Océanos Indico Sur, Atlántico y Pacífico Sur. Esta especie realiza movimientos migratorios desde sus áreas de alimentación durante el verano en aguas muy frías próximas a la Antártida e Islas Subantárticas; a zonas más cálidas de reproducción y cría durante el invierno como la zona de Península Valdés y el sur de Brasil . En estos viajes anuales recorre miles de kilómetros, durante sus movimientos migratorios es que pueden ser vistas en las proximidades del archipiélago fueguino.
La ballena franca austral se reproduce y cría en aguas someras y cercanas a la costa, especialmente en golfos y bahías protegidas. Cada año, a fines de abril comienzan a llegar las primeras ballenas francas a los lugares elegidos como área de cría, donde nacen los ballenatos, y también donde algunos machos y hembras se aparean. Alcanzan la madurez sexual entre los 7 y 15 años y el período de gestación dura alrededor de 12 meses. Las madres permanecen con sus crías aproximadamente un año, por lo que no pueden tener más de una parición cada tres años.
La población de ballenas francas australes se redujo a un 5% luego de la intensa cacería que sufrió desde 1800 hasta 1970. El nombre “franca” viene de correcta, porque era la ballena correcta para ser cazada por los balleneros ya que quedaba flotando en el agua, a diferencia de las otras especies, que podían hundirse. En la actualidad está prohibida la caza de los grandes mamíferos marinos, lo que le ha permitido a esta especie aumentar su tamaño poblacional.