La centolla es crustáceo decápodo del grupo de los anomuros, por lo tanto tiene 4 apéndices (patas visibles) y un apéndice vestigial utilizado mayormente para la reproducción. Su caparazón no sobrepasa los 20 cm de diámetro, con un peso que puede llegar hasta los 6 kilos. Es una especie bentónica porque habita los fondos marinos entre los 30 y 120 metros, hasta los 700 metros de profundidad de las aguas templado-frías de origen subantártico (entre 4° y 15ºC); en ocasiones es posible verlas en el intermareal de playas rocosas, principalmente larvas y juveniles que son más susceptibles a las mareas.

En el Océano Atlántico, se localiza en las Islas Malvinas y costas del archipiélago de Tierra del Fuego hasta el Golfo San Jorge; a partir de allí, la distribución se aleja de la costa siguiendo la influencia de la Corriente de Malvinas hasta el sur de Brasil. Por la costa del Pacífico, desde los fiordos de la provincia Magallánica, hasta Puerto Montt.

La centolla es una especie de alto valor gastronómico pero de crecimiento lento, se necesitan entre 7 y 8 años para que un individuo sea comercialmente viable, constituyendo el principal recurso pesquero del canal Beagle.

Debido a que su carne es muy consumida, existe una veda en la pesca de la centolla que se extiende desde el 1 de marzo y hasta el 30 de junio de cada año, con el fin de proteger a la especie de la sobrepesca.